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viernes, 5 de septiembre de 2014

Una red de voluntarios fluviales vigila de forma periódica el estado de salud de los ecosistemas del alto Tormes y el río Tera



La iniciativa se enmarca en el proyecto de voluntariado ‘Trucha común y turismo piscícola sostenible’, puesto en marcha por la Red Estatal de Desarrollo Rural, REDER 


Zamora/Ávila, 4 de septiembre de 2014. La Red Estatal de Desarrollo Rural (REDER) ha puesto en marcha una red de voluntarios fluviales encargada de vigilar de forma periódica el estado de salud de los ecosistemas fluviales del alto Tormes, en la provincial de Ávila, y en el río Tera, en Zamora. El programa es uno de los frutos del proyecto de voluntariado ‘Trucha común y turismo piscícola sostenible’, puesto en marcha por la red con el objetivo de convertir los entornos fluviales en motores de desarrollo local. 

Como complemento a las diferentes acciones del proyecto, sobre todo de carácter formativo, divulgativo y de sensibilización, los voluntarios colaboran completando diferentes fichas de análisis de la situación del río diseñadas por el departamento técnico de REDER. Estos documentos recogen aspectos como la detección de condiciones extremas de turbidez, temperatura del agua, carencias de oxigenación u olores extraños, así como la calidad de la vegetación de ribera, las condiciones hidromorfológicas del tramo o las especies de fauna y flora presentes, autóctonas e introducidas.
También se refleja la presencia de bioindicadores, dando prioridad a los macroinvertebrados, y se establece un sistema de detección continua de posibles alteraciones del ecosistema. De este modo, las fichas recogen la presencia de residuos, vertidos, extracciones o modificaciones de caudal, así como el impacto de obras de ingeniería. Del mismo modo, se hace notar la presencia de furtivismo o de pesca abusiva dentro del ámbito de actuación del proyecto.


Las fichas son complementadas con un método más preciso de análisis, de forma que el cauce de ambos ríos va a ser custodiado por un grupo reducido de cinco voluntarios ribereños vinculados a su territorio, que han recibido una formación específica y que aplicarán esta metodología de análisis periódicamente, con el objetivo de que cualquier alteración que se produzca en el entorno pueda ser detectada al instante, y cause el menor daño medioambiental posible. 
La iniciativa se enmarca dentro del programa de voluntariado en ríos de la Fundación Biodiversidad y el Magrama, y cuenta con la colaboración de los grupos de acción local ASIDER (de la comarca abulense de El Barco de Ávila y Piedrahíta) y ADISAC LA VOZ (correspondiente a la zamorana comarca de Sanabria). En el proyecto también participan la Asociación de Ribereños del Tormes y sus Afluentes, Artya, y la Asociación de Pesca de Sanabria.
En el marco de este proyecto de voluntariado, durante este año se han llevado a cabo diferentes jornadas con una serie de ribereños voluntarios de ambas cuencas que participan activamente en el proyecto. Por una parte acciones de formación, relacionadas con la pesca como actividad turística, y sus posibilidades en la generación de empleo, se ha trabajado en dotarles de conocimientos teóricos y prácticos con el objetivo de formarles en la figura del guía de pesca.

Anteriormente se han tenido jornadas específicas en el conocimiento del medio: Fauna y flora vinculada a los ecosistemas acuáticos, y además se ha trabajado en el conocimiento de macroinvertebrados como bioindicadores de la calidad de las aguas y en técnicas de montaje de insectos artificiales como señuelos para la práctica de la pesca de la trucha.
Asimismo, el pasado fin de semana se ha realizado una jornada en el EDS Tormes I de Salamanca para dotar de conocimientos sobre técnicas de pesca que complementen la pesca tradicional que se lleva a cabo en estas comarcas.






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